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domingo, 9 de febrero de 2014

El oso, a la conquista de la Cordillera

El nuevo proyecto Life embarcará a la Fundación Oso Pardo en una aventura imprescindible para la consolidación de la especie: sortear el corredor interpoblacional .

M. Rabanillo /M. Rarnero | León, 09/02/2014.

Los agentes de la FOP concretando las zonas que serán
restauradas para el oso pardo. - Foto: FOP
La Fundación Oso Pardo (FOP) se encuentra inmersa en un nuevo reto: superar el obstáculo que suponen para la pervivencia de la especie en León los cincuenta kilómetros que separan las dos subpoblaciones de oso en la Cordillera, una iniciativa subvencionada por el Programa Life de la Unión Europea y que, bajo el lema Proyecto Life Desfragmentación Oso, se desarrollará hasta 2016. Se trata de abordar, desde numerosos frentes, una «intervención directa» sobre el hábitat y continuar así con la labor desarrollada en el primer Life, Corredores Oso. Aquella iniciativa, dirigida a concienciar a la población sobre la importancia de preservar la presencia del oso en la provincia, tiene su continuidad natural en este nuevo proyecto.

Y es que la conexión de ambas ‘familias’ a través del corredor interpoblacional supondría un «auténtico efecto de rescate para la subpoblación oriental», señala José Luis García Lorenzo, coordinador de Proyectos de la FOP, para quien, además, «se consolidaría de forma importante el proceso de recuperación». De hecho, los 200 ejemplares que rondan actualmente por la Cordillera no son suficientes para dar por salvada a la especie, que sigue padeciendo un «elevado riesgo de extinción». A favor, la evolución de los últimos 20 años, de tres osas en 1994 a 29 en 2012 (en la subpoblación occidental). En contra, una autopista, una carretera nacional, una línea de ferrocarril convencional y una línea de ferrocarril de alta velocidad que impiden que la buena estrella se extienda hacia el Este, donde se estanca el crecimiento de la especie, con un escaso número de osas adultas que refleja «un alto riesgo de extinción».

En este punto es en el que incide el nuevo Life de la FOP. Motivos para la esperanza hay, puesto que los estudios genéticos realizados hasta el momento han detectado el paso de varios machos de un lado al otro del corredor. «El aumento de población provoca que cada año sean más los ejemplares jóvenes que entrar en la edad de dispersión y los machos adultos que en la época de celo inician largos desplazamientos en busca de hembras con las que aparearse, internándose a veces en el corredor interpoblacional» apunta García Lorenzo quien vaticina que «la unión genética elevaría los valores de variabilidad genética de la población resultante a niveles similares a los de otras poblaciones del centro y sur de Europa», apunta García Lorenzo. Un oso fuerte. Pero para ello hay que derribar —hipotéticamente hablando— el ‘muro’ que aisla las subpoblaciones, que se enfrentan a una baja variabilidad genética y un número escaso de ejemplares, especialmente en la sección oriental.

El obstáculo no son sólo las infraestructuras viarias. También es necesario paliar la pérdida de calidad de hábitat de un entorno con amplias zonas deforestadas, sobre todo en el sur del corredor. Los pueblos, las explotaciones mineras, las estaciones de esquí también son piedras en el camino hacia la supervivencia del oso pardo en la Cordillera. Además, aún continúa la desaparición de ejemplares por acciones humanas, si bien «se ha producido una importante disminución de la mortalidad directamente asociada al hombre en los últimos años, gracias a la mejora de la percepción y aceptación social de la especie», matiza el coordinador de Proyectos de la FOP. Entre 1980 y 1994 se detectaron 36 casos de muertes de oso en la subpoblación occidental y 18 en la occidental. Desde entonces y hasta 2009, se han registrado siete casos en el oeste y nueve en el este.

Buena parte del programa en marcha se dedicará a facilitar la participación social en el desarrollo del proyecto. Cazadores, ganaderos, escolares y vecinos de las zonas de actuación también forman parte de la solución y la FOP buscará su implicación con una amplia batería de actividades.

El Life Desfragmentación Oso ya está en marcha. La fundación ha desarrollado trabajos previos que han permitido definir los principales pasillos preferentes de paso de los osos y detectar problemas de hábitat y los puntos de cruce con las infraestructuras. Un equipo especializado de análisis de conectividad territorial de la Universidad Politécnica de Madrid colaborará en profundizar en los procedimientos.

La colaboración de las administraciones es esencial. Tras la fundación, está el apoyo del MInisterio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, la Junta de Castilla y León, el Principado de Asturias y los ayuntamientos de la zona de actuación: Los Barrios de Luna, Cármenes, La Pola de Gordón, Sena de Luna, Valdelugueros, Valdepiélago y Vegacervera. El proyecto, además, cuenta con el patrocinio de Gas Natural Fenosa.

Los resultados esperados ya están fijados: crear una red de 212 bosquetes de conectividad canalización con 66.250 árboles; adquirir 20 hectáreas de fincas para la plantación; promover acuerdos de custodia del territorio que permitan gestionar y plantar 86 hectáreas de fincas y zonas desarboladas en montes; restaurar 16 hectáreas de hábitats de interés comunitario en la Red Natura 2000 y adecuar y mejorar seis pasos en infraestructuras viarias. Todo ello regado con una buena dosis de acciones de sensibilización en el entorno social. El objetivo no es modesto: que el corredor se convierta en un espacio de presencia permanente del oso.


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