Un pollo de quebrantahuesos nacido en cautividad en Aragón el domingo será liberado en julio en el parque, donde aguarda «Deva», única ejemplar de esta especie en la cordillera Cantábrica
Benia (Onís), Ramón Díaz.
Un Nuevo "bebé" de Quebrantahuesos para los Picos de Europa. Foto: La Nueva España. |
Pesó al nacer 138 gramos, menos que una pelota de béisbol. Aún no tiene nombre, porque ni siquiera se sabe si es macho o hembra, pero ya se conoce su destino: los riscos más escarpados de los Picos de Europa. Es un diminuto pollo de quebrantahuesos, nacido el pasado domingo, lejos de sus progenitores, en el Centro de Cría en Aislamiento Humano de La Alfranca de Pastriz, en Zaragoza. El «bebé» será criado en cautividad, pero sin apenas contacto con el ser humano, y, a finales del próximo mes de julio, conocerá por fin la libertad en los Picos de Europa, en un lugar que se mantiene en secreto, cerca de donde aguarda el único ejemplar de esa especie que habita la cordillera Cantábrica, «Deva», una de las dos hembras soltadas hace dos años (la otra, «Leoncia», murió).
El pollo será el tercer protagonista de una aventura que apenas si ha empezado a escribirse: la del regreso del quebrantahuesos a los Picos, donde se extinguió hace cincuenta años, después de siglos de persecución y envenenamiento. Una aventura que, aves al margen, tiene como protagonistas principales a los tres integrantes del equipo de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ) que se encarga de la reintroducción en los Picos: su director, el naturalista Gerardo Báguena, y los biólogos José Carlos González y Conchi Gálvez.
La historia de este pollo zaragozano comenzaba el 7 de febrero pasado, en una montaña de los Pirineos, donde naturalistas de la FCQ, especialistas en rescate de montaña de la Guardia Civil y técnicos del Gobierno de Aragón rescataban un huevo de un nido con un alto historial de fracasos previos durante la reproducción. El huevo fue transportado en una incubadora portátil al centro de cría, donde fue asistido hasta que, 54 días más tarde, el pasado domingo, eclosionaba de forma natural. El neonato, en buen estado de salud, respondió perfectamente a los primeros cuidados.
Desde el nacimiento se aplica un proceso denominado «hacking», que consiste en la crianza del ave en cautividad, pero a través de una técnica basada en la máxima naturalización posible del cautiverio y la reducción al mínimo del manejo antrópico. Así, el pollo apenas si tendrá contacto con el ser humano, para que no se acostumbre a su presencia, según explicó Báguena. Más aún: sólo podrá ver seres humanos cuando sea sometido a pruebas perturbadoras, como las tomas de sangres. De este modo irá adquiriendo una imagen negativa del ser humano, lo que acercará su comportamiento al de los ejemplares que nacen en libertad y favorecerá que, una vez en los Picos, huya cuando advierta presencia humana. Si el animal relacionara la comida y los cuidados con el ser humano, podría significar su muerte cuando alcanzara la libertad.
¿Qué ocurrirá a partir de ahora con el «bebé» de quebrantahuesos? Primero, permanecerá 30 o 40 días en el criadero aragonés, y después será trasladado al parque nacional de Ordesa, donde, desde un nido artificial, aunque similar a los naturales, podrá ver y aprender cómo se comportan en libertad sus congéneres y otras especies. Desde su plataforma de observación de Ordesa aprenderá «a ser un quebrantahuesos» y a comportarse como tal. Deberá aprender, por ejemplo, a huir de los zorros y los lobos, o a conocer la mirada agresiva de un águila real y a apartarse inmediatamente de ella. Allí forjará su «personalidad». Tendrá sólo 50 o 60 días para superar esta difícil prueba.
Porque después de ese tiempo, a finales de junio, será trasladado a los Picos, donde, en un nido similar al de Ordesa, deberá adaptarse a su futuro hogar. Seguirá cautivo unos 30 días, hasta que pueda volar. A finales de julio, el pollo, ya bautizado, será liberado. Entre el equipo de FCQ correrá seguramente la sidra, pero, tal como señaló ayer Báguena, también llegarán los días de máxima preocupación, porque el animal estará «como un niño que sale del colegio y no ve a su padre; se encontrará solo». O eso creerá, porque los expertos de FCQ, aunque ocultos a sus ojos, estarán muy cerca de él y seguirán todos sus pasos (el animal llevará un radiorreceptor). Durante 40 días, siempre de noche, Báguena y sus compañeros llevarán comida hasta parajes cercanos a los que ocupe.
Los expertos creen que este ejemplar se encontrará con «Deva» en otoño, cuando ya se valga por sí solo. Primero jugarán, se agarrarán las patas mutuamente, volarán y harán picados juntos... Hasta que se conozcan, asuman cada uno su rol y se acepten. Ésa es la teoría.
El proyecto de reintroducción del quebrantahuesos en los Picos de Europa prevé la suelta de entre 20 y 30 ejemplares en seis años. Las primeras cópulas y los primeros pollos «autóctonos» podrían llegar en 2020. Los expertos son optimistas, creen que esta majestuosa especie llenará otra vez dentro de unos años los parajes más arriscados de la cordillera Cantábrica. Su casa.
Publicado en: La Nueva España, 30-3-2012.